Llamen al cerrajero...

Fue 1-1. Las gordas no pudieron quebrar al rival, desperdiciaron muchas situaciones clarísimas de gol y se tuvieron que conformar con un empate que sabe a poco. El primer tiempo fue dominado por Deportivo Indios, con buen manejo de pelota y rápida recuperación, pero sin demasiada profundidad. Se entiende entonces que el gol rival llegase por medio de un disparo de media distancia. A partir de allí las gordas comenzar a engendrar la reacción, que se notó por el empuje que generaron hasta el final del primer tiempo, aunque con pocas ideas. Antes de finalizar la primera etapa, el árbitro debió haber expulsado al arquero indio, tras una salida en falso y una clara y dura falta a Roca, cuando se encontraba en la situación del último recurso. Sólo recibió amarilla.
El segundo tiempo fue un dominio lechón casi total. Apenas comenzado el complemento, las gordas consiguieron el empate tras un gol de Roca. Luego, lo peor: la infinidad de chances desperdiciadas para sacar la diferencia se fueron diluyendo una a una, hasta el pitazo final. Parecía que los indios habían cerrado el arco con candado.
Queda un sabor amargo porque se dejó todo en la cancha, se superó al rival, se crearon muchas situaciones de gol, pero no se llegó al triunfo, que era vital para mantenerse bien arriba en la pelea. La figura más destacada del partido fue nuevamente Tom, con una gran entrega y sacrificio.
Habrá que ver resultados y seguir para adelante, que falta mucho. Con estas ganas se puede. ¡Vamos gordas!